¿Te gustan todos tus «me gusta»?
Compartir algo divertido de un amigo, confesar una opinión extrema, distribuir fotos con colegas ebrios o -¡para meditar!- colgar una foto desnudo en el perfil de las redes sociables son algunas de las publicaciones que los usuarios hacen a cambio del ansiado “me gusta”. Un estudio realizado por la firma líder de ciberseguridad en España así lo afirma.
¿Qué acciones realizas en la Red a cambio de un Like?
Un gesto fácil de hacer, rápido. Una expresión de empatía virtual, que reafirma una creencia personal o profesional. Un apoyo frágil sustentado en la pena, el compromiso o la apariencia. Un seguro inseguro que presiente la devolución del apoyo.
¿Son los likes los nuevos generadores de la felicidad o una fuente probable de ansiedad?
Un símbolo engañoso de estatus y aceptación que provoca el seguimiento masivo a internautas, el etiquetado reconvertido en spam, el abuso de hashtags, los comentarios obligados a famosos e influencers y el bombardeo de contenido diverso con la esperanza de alcanzar el espejismo del éxito y la popularidad.
A veces me pregunto si nos hemos vuelto locos. ¿Todo vale por un like?
La máxima, defendida por Zyman Bauman, “me ven, luego existo” describe el deterioro de la capacidad humana para mantener relaciones sanas. Compartir detalles de la vida privada es algo que se lleva haciendo toda la vida en conversaciones informales y privadas -ojo al contexto- pero de ahí a hacerlo en la plaza pública de la Red y llegar a todos los rincones del planeta: a oídos favorables y desfavorables, conocidos y desconocidos, amigos o enemigos, hay un abismo.
Desconozco si el miedo a la soledad y la necesidad de incrementar el número de contactos, como sostiene el sociólogo, son la razones que subyacen tras estas acciones -antaño confesadas a un círculo íntimo de amistades, hoy difundidas a todo aquel dispuesto a escucharlas y a opinar sobre las mismas- o es la necesidad de protagonismo e inflado del ego lo que provoca que compartamos nuestras alegrías y miserias con personas, ajenas a nuestro entorno, que desconocen el contexto en el que se producen y las causas que las originan.
Todo por un like.
¿A qué te comprometen tus «me gusta»?
¿Qué pasaría si te obligaran a leer todo lo que tienes marcado con un “Me gusta”? Ahí dejo la pregunta.
Artículo publicado en La Voz de Galicia: Las métricas de la vanidad*
* Otros ejemplos de métricas de la vanidad incluyen la cifra de seguidores, contactos y fans, las descargas de aplicaciones o el número de visitas a páginas web.